viernes, 20 de enero de 2017

La tierra del sol poniente

Libro escrito por Barbara Wood, de esos que ves en los estantes de las librerías, y tanto por la portada como por el lugar de que ocupan, junto a otros compañeros de sección, automáticamente lo catalogas en libros romanticones. Yo particularmente no había leído nunca uno de estos, pensando que se basaba en eso, historias empalagosas, mezcladas con alusiones sexuales que inundarían cada página; pero no, no ha sido tan así.
Resultado de imagen de la tierra del sol ponienteLa historia se centra en Palm Spring, en California, a principio de la década de los veinte. Elizabeth es una joven americana que se enamora de Nigel, un hombre inglés y ambicioso, que la convencerá para irse a California a empezar un imperio. En esta nueva tierra, Elizabeth irá descubriendo la verdadera naturaleza de su marido, en contraposición con la figura de Cody, que encarna la típica figura del cowboy solitario pero altruista y amable. También quedará la joven encandilada y hechizada por aquella tierra, en la que irá descubriendo su propia fuerzae identidad como mujer fuerte e independiente capaz de luchar por sus ideales. La historia además cuenta con otras subtramas de personajes que se van entrelazando.
Hay que reconocer que el libro está muy bien documentado, y que la autora es capaz de trasladarte tanto a esa época, con grandes dosis de datos históricos, curiosidades y forma de vida de los personajes; como a aquellas tierras medio salvajes, con una gran ambientación de los paisajes, terrenos y los pequeños pueblos que iban creciendo poco a poco con la llegada del hombre blanco.
Esto sin duda me parece lo más interesante de esta novela, que a mí, irremediablemente, no deja de recordarme a la típica película de la sobremesa del sábado de Antena 3. Cierto es que los personajes principales están sólidamente construidos, y es fácil sentirse identificados con ellos; aunque en muchos casos el discurrir de sus pensamientos peca en dos cosas: por un lado se hacen repetitivos, copiando en muchos casos el mismo argumento varias veces para incidir en una idea; y por otro, que en ocasiones, en el mismo discurrir de un personaje, sus pensamientos cambian bruscamente; comienzan a sentirse de tal manera, y en apenas unas frases, su línea de pensamiento y sus sentimientos fluctúan hacia una visión totalmente diferente,como si fuera así de fácil. Creo que la autora comete el error de pasar demasiado rápido por este tipo de momentos, buscando la agilidad que luego se pierde en otras cosas. Esto pasa también con la introducción de algunos temas o escenas, que entran bruscamente, y a los que posteriormente se les intenta dar una justificación, pero resulta algo artificiosa.
Sobre los personajes secundarios, hay demasiados para mi gusto, y algunos de ellos se quedan en casi nada, pasan desapercibidos, prometen mucho a lo largo de la novela y acaban desapareciendo sin apenas repercusión.
Lo mismo sucede con lo que parecía el clímax final, con la llegada de la tormenta y la tromba de agua, que parece que va a acabar con todo y poner las cosas en su sitio, y luego de un plumazo, pasa sin apenas repercusiones; nada. De hecho, el antagonista de esta historia, Nigel, a pesar de ver sus plantaciones seriamente dañadas, en un transcurrir del pensamiento como el de antes, sale convencido de que volverá a plantarlo todo y con mil proyectos nuevos en la cabeza para triunfar; y un párrafo más adelante ya nos lo encontramos dando órdenes para plantar árboles y con media plantación recuperada...

En definitiva. El libro históricamente me parece interesante, pero la historia no termina de decirme nada nuevo y los personajes me parecen muy estereotipados. Sin embargo entiendo que este tipo de libros atraiga a mucha gente. No deja de ser una bonita e idílica historia de amor y de pasiones, así como de lucha por los ideales de cada uno, ya sean buenos o malos.

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