El chico de la comunidad es un libro escrito por la austriaca Marie von
Ebner-Eschenbach allá por el 1887, es decir, hace casi 150 años, y que acaba de
ser publicado por primera vez en España recientemente. Y resulta que es uno de
esos libro que le llega a uno a las manos por avatares del destino y no acaba de
entender por qué no había oído antes hablar de este libro ni de esta escritora.
Porque considerado un clásico fuera de nuestras fronteras, no ha sido hasta que
la editorial Funambulista lo ha sacado a nuestra luz que tenemos la oportunidad
de acercarnos a esta más que recomendable novela.
La novela, con claros toques
romanticistas, nos lleva a la comunidad de Kuvonic, donde la familia Holub
intenta instalarse. Pero pronto se complica las cosas cuando el padre es acusado
de asesinato y la madre también acaba en la cárcel por cómplicce, lo que deja a
sus dos hijos en un principio desamparados. La hija acaba bajo la custodia de la
terrateniente, pero Pavel, el que será gran protagonista de la historia, queda a
la suerte de lo que le depare el destino sin que nadie se haga cargo de él. Así
veremos cómo la autora nos habla de la lucha por la vida y el futuro, la idea de
convertirse en un adulto de provecho y respetado, enfrentándose incansablemente
contra los prejuicios de una comunidad que simplemente ve de dónde viene, pero
no es capaz de ver en qué se está convirtiendo. Para Pavel no será nada fácil,
pues la rabia interna que lo atormenta a lo largo de toda su vida le jugará
malas pasadas de vez en cuando. Ebner-Eschenbach consigue con una escritura
cercana pero muy cuidada adentrarnos en el mundo interior de Pavel, haciéndonos
cómplices de las enormes injusticias que vive día a día, en su lucha por hacerse
entender y respetar; que lo vean por sus méritos propios y no por los
prejuicios. A esto se le añade el drama de la hermana, de la que lo separan
desde pequeños y su deseo constante de volver a reunirse con ella, como
responsable de su vida que se siente. Pero esto también será un episodio de
frustración que se va repitiendo constantemente.
Es una novela muy amena, ágil y
emotiva, que puede recordarnos a Victor Hugo y otros escritores que se acercaron
al romanticismo, pero sin excederse en esos monólogos interiores de gran
extensión que para algunos pueden resultar tediosos (aunque para mí muchas veces
son una delicia). Desde luego, todo un descubrimiento de esta autora, a la que
espero sigan publicando alguna de sus otras obras.