miércoles, 25 de noviembre de 2020
Swift y Brainy. Misión detectives
Libro infantil pensado para niños de entre 10 y 12 años, aunque se puede disfrutar también con más edad. También está pensado particularmente para niños con TDAH, y por la esperiencia que tengo con niños que tienen este tipo de dificultades me parece que han sabido los escritores dar en el clavo. No obstante, me parece un libro ideal para cualquier niño, sobre todo para incentivarlos en general a la lectura si aún no es algo que les motive. Y es que este libro, y todos los de la colección, no es un libro como cualquier otro. Es un libro con el que también se juega, y el lector se convierte en un protagonista más, viéndose apelado por los dos protagonistas de la historia a colaborar con ellos con la ruptura de la cuarta pared. Combinando el estilo de los libros de "elige tu propia aventura", una serie de acertijos de todo tipo e incluso un mapa desplegable, Misión detectives se convierte en una divertida aventura interactiva que puede conseguir que los pequeños se enganchen a la lectura, motivados por el juego, el ingenio y su propias decisiones. Más libros como estos deberían poblar las casas con hijos o en todas las clases de alumnos de entre los 10 y los 12 años.
jueves, 29 de octubre de 2020
La vuelta al mundo del rey Zibeline
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viernes, 31 de julio de 2020
Geografía bajo el ombligo
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El Masnavi: Las enseñanzas de Yalaluddin Rumi
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domingo, 5 de julio de 2020
O el toro te mata a ti
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miércoles, 25 de marzo de 2020
Algunos asesinatos duelen más
Se trata de un libro de relatos, algunos muy cortos, tanto que cabrían en la categoría de microrrelatos. Todos ellos enmarcados en el tema de la muerte, aunque nunca por causas naturales, por supuesto.
El libro está dividido en varios temas referentes a la muerte, pero en común tienen que todas ellas con un trasfondo de misterio, sorpresa, curiosidad. Desde asesinatos bien calculados, pasando por muertes que llamaríamos absurdas y casi "merecidas", hasta casos paranormales.
Se lee en un suspiro, porque es difícil parar cuando ves que de un plumazo puedes leerte casi cualquiera de los relatos, que, entre otras cosas, están escritos de una manera amena y sencilla. A mí, particularmente, me ha parecido, sin embargo, muy monótono. Muchos de los relatos me parecían básicamente lo mismo, buscando el mismo requiebro para la sorpresa final, el mismo tono, la misma técnica una y otra vez, en lo que lo único que cambiaba era la forma de cometerse el asesinato o producirse la muerte. Cierto es que hay que valorar la imaginación del autor para crear tantas micro historias, casos y muertes de lo más variopintas; pero, como digo, al final me daba la sensación de estar leyendo siempre la misma historia.
Como libro para tomar ideas sobre novela negra es genial. Pero para leerlo de seguido no creo que sea el idóneo. Tal vez es un libro que aguanta mejor teniéndolo al alcance de la mano, y leyendo de vez en cuando un relato, cada tres o cuatro días, o cada semana; sólo como pretexto para en el fondo reflexionar sobre lo inexorable de la muerte, y lo absurda e imprevista que ésta puede ser algunas veces.
viernes, 21 de febrero de 2020
El aviador
Esta es una continuación de El Principito, escrita por Fernando Fedriani.
Justo un par de semanas antes de saber que me iba a tocar este libro, me leí de nuevo El Principito. Puede que hayan pasado más de 20 años desde que lo leí siendo algo más que un niño. Sólo tenía recuerdos de la historia en general, de ciertos personajes inolvidables, entre otras cosas porque ya forman parte del imaginario popular y no es difícil encontrárselos constantemente por las redes, junto a algunas de las frases y reflexiones de Saint-Exupéry.
Esta continuación, a la que cuesta no enfrentarse con escepticismo de primeras, hay que considerarla una muy digna secuela. Dignísima, diría. Creo que ha sabido rescatar el espíritu de El Principito, no sólo en el contenido sino en la forma, el lenguaje, el juego de palabras, la poesía. Y al igual que Cervantes jugaba con su segunda parte de El Quijote haciendo que se reflejase en la primera, El aviador es un espejo que mira a El Principito, trayéndonos de vuelta a todos los personajes, pero cambiándolos por el paso del tiempo, haciéndolos de alguna manera más maduros, aunque eso no siempre signifique hacerlos mejores. Porque de eso va este libro, de cómo la madurez, casi siempre, supone la pérdida de la niñez, y cuando dejamos de ser niños ya casi todo pierde su sentido.
La novela creo que es más madura que su predecesora, más seria, más alejada y difícil para los niños que se acerquen a ella. Tiene un lenguaje algo más complejo. A los niños se les escaparán mil detalles, pero para los adultos creo que puede ser una gozada. Juega con eso, como El Principito: es un libro para adultos camuflado en uno infantil.
Sin duda alguna lo recomiendo. Sean o no seguidores de El Principito, esta pequeña obra merece la pena ser leída y reflexionada.
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