Miquel era un reconocido inspector de policía que luchó en el bando republicano, por lo que tras la victoria franquista tuvo que pasar una temporada entre rejas. En esta novena entrega, ya fuera de la cárcel, retirado y aunque mayor con una hija recién nacida, se verá involucrado en un caso de pederastia por parte de un cura.

El tema principal es algo peliagudo, aunque por desgracia no está ni mucho menos lejos de la realidad. Jordi desde luego no se corta en ningún caso y puede que en algunas escenas o momentos sea duro y explícito, por lo tanto cuidado con los que sean más sensibles de la cuenta. Yo soy de los que opino que no hay que dejar de contar la "verdad" de la historia por muy dura que sea.
Por último decir que dentro de la novela policíaca, este libro tiene sus méritos, pero creo que no alcanza para mi gusto a otros autores del género. Es verdad que a su favor tiene el estar muy bien ambientada en una época convulsa de nuestra historia más reciente, pero el protagonista no me resulta carismático o peculiar; le falta gancho, personalidad. Recomiendo su lectura, por amena y por saber algo de esos años, pero no será una de esas que se queden en la memoria.