jueves, 29 de octubre de 2020

La vuelta al mundo del rey Zibeline

La vuelta al mundo del Rey Zibeline es una novela de aventuras escritas por el autor francés Jean-Christophe Rufin. En ella se nos cuenta la vida de August y Aphanasie y de cómo el destino los va llevando de un lugar a otro del mundo y donde irán viviendo diversas aventuras, así como afianzando su relación a finales del sigo XVIII. El libro va alternando los episodios en los que se cuentan desde la perspectiva de August o de Aphanasie, ante un espectador tan notable como es Franklin, presidente de los Estados Unidos, lugar al que sus aventuras han conducido a los dos protagonistas. Resulta curioso como se entiende y se siente la historia desde cada uno de los puntos de vista, aunque en el fondo el estilo sea muy similar. El autor ha sabido muy bien reflejar el espíritu de las novelas románticas y de aventuras de esos años, con su lenguaje, la expresividad, el uso de los sentidos... y es fácil que vengan a la memoria otros títulos escritos en aquella época. Y aunque se pueda reconocer dicha habilidad, es precisamente ese tono lo que a mí menos me ha atraído del libro, pero simplemente por que no está en consonancia con los tiempos actuales. Ese paroxismo continuo de los sentimientos, del amor, de vivirlo todo como si nunca antes se hubiese sentido igual chirrían mucho y hacen poco creibles a los personajes, e incluso cansinos. A veces el libro se centra mucho en estos temas, y aunque no llega a hacerse excesivamente lento, sí que provoca una interrupción en el ritmo. En otros tramos el ritmo es más acelerado y ebtretenido, pero mi sensación general es que la forma de contar el libro desde los recuerdos de los propios protagonistas hace que se pase por cada las acciones muy por encima y de un plumazo. Me ha dejado la sensación de que los protagonistas vendían humo con sus expresiones, pero luego la acción en sí no era para tanto. No ha conseguido engancharme realmente a los protagonistas y a su causa, y muchas de las escenas acaban resolviéndose de una manera que parecen poco creíbles. En definitiva, hay que reconocer el mérito del autor al replicar de alguna manera el estilo novelesco del XVIII, pero la historia en sí, para mi gusto, flojea.