
Ante una historia "sencilla" y que ya hemos visto alguna vez en el cine (el ejemplo que más claramente aparece en nuestra cabeza es Up), la película sin embargo engancha ante el duo protagonista que lo borda y las situaciones absurdas que provocan la carcajada sincera, y también con un toque dramático que emociona. La historia nos hace recapacitar sobre la familia, la amistad, la soledad, la búsqueda de la complicidad.
Rodada en Nueva Zelanda, el paisaje fantástico, que se puede disfrutar en planos increíbles, nos invita, al igual que a los protagonista, a vivir la aventura, a lo salvaje.
No lo dudéis. Si queréis reíros un rato en familia, o entre amigos, y también emocionaros, esta película es una excelente opción para estos días de frío.